sábado, 3 de mayo de 2014

Los Minerales y Oligoelementos

Los minerales y oligoelementos son elementos químicos esenciales para la vida. Se diferencian de otros nutrientes en que no son orgánicos.

Así mismo, son bioelementos presentes en pequeñas cantidades (menos de un 0,05%) en los seres vivos y tanto su ausencia como una concentración por encima de su nivel característico, puede ser perjudicial para el organismo, llegando a ser hepatotóxicos.

Aparte de los cuatro grandes elementos de los que se compone la vida en la Tierra: oxígeno, hidrógeno, carbono y nitrógeno presentes en los organismos moleculares, existen una gran variedad de elementos químicos esenciales.



Las plantas absorben los minerales disueltos en el suelo, que son en consecuencia recolectados por los herbívoros y así los minerales se van transmitiendo entre los seres vivos.

- Elementos Esenciales:

Potasio.- Es el mineral que aparece en mayor cantidad en el cuerpo humano después del calcio y del fósforo y está asociado con el sodio. El potasio mantiene la presión normal en el interior y exterior de las células, regula el balance de agua en el organismo, disminuye los efectos del exceso de sodio y participa en el mecanismo de contracción y relajación de los músculos. Se encuentra presente en la piel de patata, tomates, plátanos, frutas (especialmente en las de hueso como el albaricoque, cereza, ciruela, melocotón, etc.), los frutos secos, leches, carnes, cereales, vegetales, legumbres, etc. Aproximadamente el 90% del potasio ingerido es absorbido en el intestino delgado y se elimina a través de la orina. Los síntomas que indican su ausencia son debilidad muscular, náuseas, vómitos, irritabilidad e irregularidad cardíaca. Dosis diaria recomendada 4700 mg.

Sodio.- Hagamos primero una precisión: la sal común que consumimos en muchos alimentos es cloruro sódico (NaCl) o sodio de adicción, distinto del sodio (Na) o sodio de constitución que forma parte de manera natural en los alimentos que lo contienen. 1 g. de cloruro sódico (sal común) equivale a 390 mg. de sodio. Podemos decir que, como ocurre con la mayoría de los minerales, todos los alimentos cuentan con sodio en su composición química. Los alimentos que contienen sodio en mayor cantidad son, obviamente, los salazones, conservas o semiconservas, embutidos, encurtidos, etc., pero la mayor ingesta puede producirse por la cantidad de sal que le echamos a las comidas. Se excreta principalmente por los riñones en la orina o con el sudor.Tanto su exceso (hipernatremia) como su defecto (hiponatremia) -que supone una relación sodio/agua plasmática mayor o menor de la normal-, da lugar a graves trastornos, principalmente neurológicos. Los mariscos, la leche y las espinacas son fuentes de sodio, además de la sal. Dosis recomendada 400 mg

Calcio.- Es necesario para el músculo, el corazón, el aparato digestivo, la formación de huesos y la generación de nuevas células de sangre. Las fuentes más importantes de calcio son las claras de huevo, la leche, pescado, nueces, semillas, legumbres y vegetales de hoja verde como las espinacas, acelgas, brócoli, col, repollo, etc. La absorción del calcio se ve favorecida por la Vitamina D. El calcio está también muy vinculado a la presencia de fósforo, ya que la falta o exceso de cualquiera de estos dos minerales puede afectar la absorción del otro. Un indicador de la carencia de calcio es la osteoporosis. Dosis recomendada 1300 mg.

Fósforo.- Este macromineral está presente en todas las células y fluidos del organismo. Participa en la división de las células, y por tanto del crecimiento. Interviene en la formación y mantenimiento de los huesos, el desarrollo de los dientes, la formación de tejido muscular y el metabolismo celular. Se incorpora al organismo a través del consumo de carnes, huevos, lácteos, frutos secos, cereales integrales y legumbres. Los síntomas de su ausencia son decaimiento, debilidad, temblores, disartria (trastorno del habla), y en algunos casos anorexia y desordenes respiratorios. En contextos biológicos aparece generalmente como fosfato. Dosis recomendada 700 mg.

Magnesio.- Este macromineral, componente del sistema óseo y de muchas enzimas, participa en la transmisión de los impulsos nerviosos, la contracción y relajación de músculos, el transporte de oxígeno a nivel tisular y en el metabolismo energético. Es requerida para el procesamiento del ATP y para los huesos. El magnesio se encuentra en las nueces, germen de trigo, en la soja y en la masa del cacao. Dosis recomendada 420 mg.

Zinc.- El cuerpo humano contiene unos 2 g. de iones zinc, muy concentrado en el pelo, piel, ojos, uñas y testículos. El déficit de zinc produce retraso en la pubertad, pérdida del apetito, mala cicatrización de heridas y quemaduras, menor resistencia a las enfermedades, problemas de fertilidad masculina, dermatitis y acné. Se encuentra en yema de huevo, carnes rojas, riñones, pescados, ostras, calabaza, cereales integrales y alubias. Dosis recomendada 11 mg.

Hierro.- Forma parte de la molécula de hemoglobina y de los citocromos que forman parte de la cadena respiratoria. Su facilidad para oxidarse le permite transportar oxígeno a través de la sangre combinándose con la hemoglobina para formar la oxihemoglobina. Se necesita en cantidades mínimas porque se reutiliza, no se elimina. Fuentes de hierro son el hígado de muchos animales, semillas como las lentejas. Dosis recomendada 18 mg.

Manganeso.- Interviene en el metabolismo de las grasas e hidratos de carbono formando parte de diversas enzimas y en la producción de hormonas sexuales. Es necesario para la utilización de la vitamina E. En el organismo se localiza en su mayor parte en las mitocondrias de todos los tejidos, siendo hígado, músculos, piel y hueso los que contienen mayor concentración. Lo contienen en gran proporción las nueces, los cereales enteros, legumbres, remolacha y clavos de especia y es escaso en la carne y el pescado. Dosis recomendada 2.3 mg.

Cobre.- El cobre interviene en la formación de hemoglobina y glóbulos rojos, es cofactor de diversas enzimas que intervienen en la cadena respiratoria y favorece la utilización del hierro. El 90% del cobre está ubicado en músculos, huesos e hígado. Su carencia se da casi exclusivamente en niños. El signo más dramático de la deficiencia de cobre es la muerte súbita asociada a la ruptura espontánea de un vaso sanguíneo mayor o del corazón. El cobre se encuentra en el hígado, riñones, pollo, yema de huevo, lentejas, guisantes, pescados y mariscos, cereales enteros, cerezas, legumbres, chocolate y nueces. Dosis recomendada 900 µg.

Yodo.- Entre el 70 y 80% del yodo del organismo humano adulto se localiza en la tiroides, siendo indispensable para la elaboración de las hormonas tiroideas. Estas hormonas son esenciales para el desarrollo normal y su deficiencia es causa de retardo del crecimiento, alteraciones del sistema nervioso central, sordomudez, cretinismo y disminución del cociente intelectual. Se necesita no solo para la síntesis de las hormonas tiroídeas, tiroxina y la triiodothironina y para prevenir la gota, además es probablemente antioxidante y tiene un papel importante en el sistema inmune. Se encuentra en las carnes, pescados y mariscos, sal yodada, agua y algunos vegetales. Dosis recomendada 150 µg.

Selenio.- La función del selenio consiste en complementar el efecto oxidativo de la vitamina E. Reduce los peróxidos y aminora la formación de radicales libres. Proporciona un enlace esencial en el mecanismo protector en contra de los daños oxidativos. Previene la descomposición de grasas y otras sustancias químicas del cuerpo. Se encuentra en todos los tejidos y presenta elevadas concentraciones en el hígado, riñones y corazón. Una adecuada ingesta alivia bochornos y malestares causados por la menopausia. Los expertos aseguran que el selenio y la vitamina E ayudan a reducir las probabilidades de ataque al corazón, sequedad del cuero cabelludo y la caspa. Uno de los efectos producidos por su deficiencia es la anemia. Su exceso causa la Selenosis, caracterizada por fatiga, caída del cabello, olor del aliento y elevada prevalencia de caries. Se encuentra en los mariscos, riñones, hígado, carne y cereales. Dosis recomendada 55 µg.

SUGERENCIAS:

El consumir complejos vitamínicos o minerales sin un diagnóstico médico que certifique plenamente su necesidad, además de que puede acarrear múltiples trastornos y problemas a esa salud que pretendía mejorar, es un absurdo que, en el mejor de los casos, sólo servirá para que gaste tontamente su dinero.

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